La madrugada del 10 de julio de 2010 una camioneta que pasó en rojo el semáforo de El Cristo atropelló y mató al canillita Marcelo Pucheta. A partir de ese momento, Clara Pucheta, su hermana, comenzó una militancia incansable para mejorar la seguridad vial en la provincia, apoyada en la organización Estrellas Amarillas. Desde aquel accidente a esta parte, dice ella, nada ha mejorado.
“Desde mi visión es muy poco o nada lo que ha cambiado, tanto de parte de la ciudadanía como del Estado. Los conductores que al principio se sensibilizaban con las estrellas pintadas y sacaban el pie del acelerador, ya se acostumbraron y ni las ven. Por parte del Estado se ven pocos controles, y los que se ven pareciera que son más para la foto que por un compromiso con la seguridad vial; tampoco se implementó un plan serio y sistemático de educación vial en las escuelas. De eso puedo dar fe porque soy docente. Y sólo hay iniciativas aisladas de los profesores que quieren dar educación vial, pero nada orgánico”, lamentó Pucheta, profesora de Inglés.
Según ella, siempre ha tenido consciencia vial, pero la muerte de su hermano le ha cambiado en algo su vida. “Yo ya no me puedo quedar callada cuando veo alguien que pasa en rojo un semáforo o cuando veo camionetas que llevan chicos parados en la caja. Me sale decirles algo”, enfatizó.